
Basta con ver tu cálida mirada,
Sentir como se lleva el frío.
Como si la oscuridad
Nunca hubiese pasado
por mi camino
Y por millones:
De nuevo el calor,
Derritiendo el hielo
Tus manos inventan
En mi alma notas musicales
Y la haces bailar
En clave de sol
Y en corcheas inquietas
Por las noches
Me llenas de dulces melodías
Y sigo leyéndote,
Pentagrama.
Habita en mí el amor,
Tu dulce sonrisa
Alimenta mi pasión.
Y de nuevo el calor,
Derritiendo el hielo.
Y hasta en el silencio te invento
Mi amor,
Y me acompañas a explorar el infinito
Pero es el infinito de adentro
Y no el de afuera
El que conquistamos
Más tarde, el ocaso;
Y te pienso
Te siento, te escribo
Mi tinta es al papel
Como una explosión de te quieros
Sobre la piel, tu piel
Mi firmamento
Y entonces mi palabra,
poesía
ya que ‘’cualquiera que se pasa la vida
observando el firmamento
es poeta, lo sepa
o no’’.